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Entrevista Aquilino Bocos

Del 12 al 15 de abril, el Obispado de Ávila, los Carmelitas Descalzos y la Universidad Católica de Ávila (UCAV), con la colaboración de la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt, celebrarán el Congreso Internacional “Mujer Excepcional. Cincuenta años del Doctorado de Santa Teresa de Jesús” para conmemorar el 50 Aniversario del Doctorado de Santa Teresa de Jesús. El Congreso, que tendrá lugar de forma bimodal –presencial y online-, tiene abierta su inscripción en https://congresosantateresadoctora.es/inscripcion/. El cardenal Aquilino Bocos Merino, CMF., participará como ponente con la conferencia titulada «La reforma teresiana y nuestra reforma. La inolvidable lección de la primera Doctora de la Iglesia».

Celebramos 50 años del doctorado de Santa Teresa. ¿Qué significa su doctorado?

            El doctorado de Santa Teresa tiene suma importancia por dos motivos. Primero, porque se confirma el parecer que, a lo largo de los siglos, Santos, Pontífices y Teólogos han venido reconociendo acerca de su magnífica, original y sublime sabiduría mística. No en vano se la ha llamado “Doctora Mística”, “Doctora Angélica”, “Doctora de eclesial inteligencia”. Durante el Concilio Vaticano II, San Juan XXIII aceptó el estudio para nombrarla Doctora. Fue San Pablo VI quien el 27 de septiembre de 1970 la incluía en la lista de Doctores de la Iglesia. Era, así, la primera mujer Doctora. ¿El mérito? Haberse dejado amaestrar por el Espíritu, quien la santificó, le infundió sabiduría y la dotó de gran capacidad para iluminar, enseñar y animar a todos los miembros del Pueblo de Dios.

            Segundo, porque esta proclamación reconoce la santidad y sabiduría de las mujeres para enseñar en la Iglesia como lo han venido haciendo los 31 varones doctores. De hecho, tras Santa Teresa ya han sido proclamadas doctoras Santa Catalina de Siena, Santa Teresa del Niño Jesús y Santa Hildegarda de Bingen. Nuestra Santa inició esa lista de mujeres que en el futuro seguirán siendo reconocidas como doctoras de la Iglesia.

– ¿Qué aporta a la iglesia la doctrina de Teresa de Jesús?

            Santa Teresa tiene una vocación especial dentro de la Iglesia: la de ser gran maestra de oración y lo hace desde la experiencia de amistad con Jesús viviente. Era Jesús quien se le hacía presente como el amigo siempre fiel; el que está siempre presente y es amigo verdadero. Mantenían una relación de profunda amistad. Jesús, Hombre-Dios, ocupa el centro de su existencia. A partir de aquí, la Santa aporta a la Iglesia su experiencia en la contemplación y su profunda vivencia del misterio de Cristo. El misterio de Dios es el absoluto de su vida y está presente en todo momento y en todos los lugares. Su testimonio y sus escritos son un clamor continuo a la interiorización, a la conversión y a intimar con el Señor. No deja de recordarnos su exclamación: “Vuestra soy, para vos nací: ¿qué mandáis hacer de mí? Nos transmite una fe iluminada desde la Palabra de Dios, confesada y vivida y traducida en aliento, bondad y compasión. Nos invita al temor y al amor. Como ella dice: “el amor nos hará apresurar los pasos; el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies”. Su gran aporte, también en la sociedad hoy, es resaltar la necesidad de cultivar la oración como “trato de amistad”, amar a la Iglesia de forma incondicional y avivar la pasión por la salvación de las almas. Ante tantos desafíos, crisis, contrariedades…-y ahora la pandemia del coronavirus- Santa Teresa nos sigue repitiendo: “Nada te turbe, nada te espante… Solo Dios basta”.

Teresa de Jesús fue una monja contemplativa del S. XVI que comenzó un estilo de vida particular. Además de la clara influencia en el Carmelo, ¿cómo ha influido en la vida consagrada?

            Es verdad que Santa Teresa ha influido en la vida de todas las formas de vida consagrada. Poseía un especial vigor carismático, profético y escatológico. Y, como todo carisma, también el suyo fue destinado para edificar la Iglesia. Por eso, los carismas florecen y fructifican desde la comunión. Entre ellos, no se contraponen; se integran en la belleza del Cuerpo de Cristo, en la Iglesia y en su misión de santidad. Teresa de Jesus, asistida por el Espíritu, recibió los dones de inteligencia y sabiduría y la capacidad generativa de hacerlos fructificar en muchas almas que, como ella, buscaban el rostro de Cristo.

            Así como Teresa fue discípula del P. Osuna, de San Pedro de Alcántara y de Fray Luis de Granada entre otros, ella, a su vez, encomendaba a sus monjas  que leyeran obras de autores que les podían ayudar a crecer en la vida evangélica, su vida y sus escritos han sido objeto de lectura y meditación espiritual en cantidad ingente de personas consagradas. Merced al ejemplo de su vida y con la luz orientadora de los escritos de Santa Teresa inspira y estimula el seguimiento radical de Jesucristo. Muchos consagrados y consagradas se sienten motivados a buscar a Dios, a vivir en la presencia de Dios, a despojarse de sí, a fomentar la amistad con Cristo en la oración, a recrear la vida comunitaria y a dotarla de la alegría teresiana. Algunos institutos inspirados en su celo apostólico han asumidos diversos servicios misioneros en la enseñanza, en la caridad o en la evangelización de los pueblos. Es digno recordar su proverbial exclamación: “¿Qué sería del mundo si no fuese por los religiosos?”. Esta exclamación la han recogido dos santos en épocas bien distintas: San Antonio María Claret, en 1869, y San Juan Pablo II en 1996.

– ¿Sigue de actualidad el mensaje de esta monja del s. XVI para el hombre y la mujer y la iglesia de hoy?

            Hay rasgos de su vida que son muy personales y hay dones (visiones, éxtasis, gracias místicas) que ella recibió y que son intransferibles. Fue una aventajada discípula de muchos hombres de letras y vida espiritual y, sobre todo, fue discípula de Jesús, a quien considera su gran Maestro. También fue una gran maestra y madre espiritual. San Pablo engendró hijos para el Evangelio y –salvada la imagen- Teresa generó muchos hijos para el Carmelo y la vida de perfección en la Iglesia.

            Santa Teresa sigue siendo un referente por su vida y sus escritos en todas las latitudes y en toda clase de personas de la Iglesia. Sus libros se encuentran en todas las lenguas. Es más, la admiración por la Santa sigue creciendo en esferas religiosas no cristianas, incluso no creyentes.

            Sus propuestas para el hombre de hoy son múltiples. La lámpara de la Santa nos ayuda a vivir en el asombro y nos abre al encanto del misterio. Valoraba la fiesta como tonificante del espíritu. La fiesta y la alegría, que ella las quiere unidas, serían el mejor correctivo a nuestra acedia y tristeza. Nadie más ajena que ella a la rutina y a la dispersión; suscita el amor por la verdad y la vida sencilla; marca distancia ante la mentira y la codicia; desde su celo por la libertad, nos impulsa hacia la trascendencia; fomenta la amistad y evita todo egoísmo. Siendo de natural compasiva, nos persuade a estar abiertos a las necesidades de los más necesitados. Serán otros que los de su tiempo, pero nos enseña a no desviar la mirada ni cerrar nuestro corazón.

Hay congregaciones de vida activa en el s. XVIII y XIX que han tomado a Teresa por referencia. ¿En qué sentido? ¿Qué les aporta Teresa?

            Los hechos son estos: Santa Teresa reforma la vida carmelitana y se constituye madre de las carmelitas y de los carmelitas descalzos. Pasados los años han existido hombres y mujeres que han revivido el espíritu de santa Teresa y han fundado diversas congregaciones en la Iglesia. El portal carmelitano da cuenta de todas aquellas Congregaciones o Institutos que están vinculadas o forman parte de la gran Familia Teresiana. El espíritu de Santa Teresa ha arraigado y fructificado en los diversos continentes.

            La riqueza humana y espiritual de Santa Teresa sobrevuela y arraiga en todos los tiempos y lugares. Trasciende los estados de vida, pues su doctrina vale para el obispo, sacerdote, consagrado o laico. No hay más que ver cómo se multiplican sus escritos en todas las lenguas y cómo son tomados como luz y guía en el camino de perfección de todas las vocaciones en la Iglesia.

Pablo VI dijo que ella era formadora de almas. ¿Qué palabra tiene como doctora en el acompañamiento y formación de cristianos, religiosos y sacerdotes?

Santa Teresa, ante todo, es maestra de oración. Pablo VI, en la Homilía de la proclamación del doctorado, dejó párrafos bellísimos sobre su carisma y misión como formadora de almas Basta con recorrer su itinerario espiritual, reflejado en las tres grandes obras: La Vida, el Camino de Perfección y las Moradas del Castillo interior. En este Castillo es donde pasan las  de mucho secreto entre Dios y el alma”. Si bien, todos sus otros escritos están impregnados de avisos que enaltecen las excelencias de la vida contemplativa y de la oración como íntima amistad con Dios.

Sus escritos, que son autobiográficos, muestran su pericia en el camino de perfección cristiana: en la búsqueda, en la conversión, dando la primacía de Dios en Cristo; en el discernimiento, en el amor a la Iglesia, en la humildad y la obediencia, en la alegría personal y comunitaria, en el testimonio y el servicio, en la pasión por la salvación de las almas. Todos estos rasgos, tan suyos, son perfectamente imitables por cualquier persona cristiana que quiera tomarse en serio lo que Dios quiere de ella. La Iglesia siempre le estará agradecida por su constante invitación a retornar al centro y a vivir desde el centro interior, donde está el origen, la unidad y la fuerza de la vida espiritual de la persona.

¿Cuál es su rasgo preferido de Teresa, una obra que les guste especialmente y por qué?

            ¡Nos hallamos ante una santa “tan singular y tan grande”…! Deslumbra su figura de mujer y me encanta el conjunto de su vida, sus escritos, la chispa con la que escribe y la rica simbología que emplea. Me maravilla su cultura y preparación en aquel contexto; me cautiva su madurez humana y espiritual; en definitiva, su rica personalidad. Sabía lo que quería y hacia dónde tenía que ir. Nos hace partícipes del acontecer de Dios en su vida –de sus gracias especiales- y de la estrecha amistad con Jesús. Entiendo que, de esa presencia transformadora, surge su temple reformador. Quizá sea éste el rasgo y la obra que más me atrae: la reforma. En la reforma se condensa el plan de Dios sobre ella, sobre el Carmelo, sobre una multitud de religiosos y religiosas y sobre la Iglesia entera. Su reforma sigue siendo levadura nueva en la Iglesia. El amor siempre está pensando en qué hará, decía nuestra Santa. Para ella, mística y ética van unidas.

Ejercitó el discernimiento y mantuvo la alegría en la convivencia y en el servicio. Armonizó la libertad de espíritu y la autoridad real. Fue una “líder” natural que contagió esperanza desde el despojo, la apertura y el realismo ante su momento histórico social y eclesial. Algunos estribillos de sus poesías me vienen con frecuencia a la mente y al corazón. Sintonizo mucho con ellos. Cito este: “Alma, buscarme has en Mí, / y a Mí buscarme has en ti”.

Tengo especial afecto a su alargada Familia Carmelitana. Admiro Las Moradas, como gran exponente de la mística española. Admiro y me encanta su modo de entender y vivir la amistad, sobre todo con el P. Gracián y San Juan de la Cruz.

¿Cómo cree que el magisterio de Teresa puede ayudar a un pastor (obispo) sacerdote en su labor pastoral? ¿O es Teresa solo cuestión de congresos o estudiosos?

            Empiezo por el final. En torno a la figura y escritos de Santa Teresa se han celebrado muchos congresos, semanas y sesiones de estudios. También encuentros espirituales.  Es una fuente inagotable por su sabiduría y santidad. Cada Congreso o reunión en torno a su personalidad espiritual y literaria es un acontecimiento de gracia para quienes participan en él. Se hace presente su espíritu carismático que invita a la oración, al encuentro amistoso, a la celebración del misterio eclesial y a mirar la vida con mayor profundidad y benevolencia. El estilo de vida y la obra de Santa Teresa muestran principios, criterios y actitudes del camino de perfección y de evangelización.

            Un pastor (obispo o sacerdote) que se toma en serio el servicio pastoral encuentra en Santa Teresa la inspiración de lo esencial en su ministerio. Santa Teresa le marca dónde poner el acento en todo su modo de proceder como heraldo de la fe y de la Palabra. El obispo y el sacerdote son amigos de Dios y Dios es fiel a sus amigos. En ella tiene un modelo de saber estar con el Buen Pastor y de servicio en el acompañamiento espiritual. En el ejercicio pastoral es imprescindible orar y acompañar a los fieles en la búsqueda, en el camino y en el encender en ellos el amor que ha de empapar las relaciones familiares y sociales. El libro de las Fundaciones ofrece un buen tratado de gobierno. Está claro el objetivo y cuida las relaciones personales.

Se habla mucho del empoderamiento de la mujer en la sociedad actual. ¿Cree que Santa Teresa empoderó a la mujer?

            Los tiempos y las sensibilidades son muy distintas entre los siglos XVI y siglo XXI. Santa Teresa se sintió mujer en su modo de pensar y de actuar. Fue consciente de su don de mujer y de los condicionamientos que le ocasionaba el contexto social y eclesial en que se movía. Fue una mujer, además de culta, libre, inquieta e inquietante. Se hizo respetar por obispos, teólogos y letrados. Influyó en muchos de ellos para que intensificaran su espiritualidad. A algún teólogo le llegó a pedir que se “procurase esforzar la fe y humillarse”. Usó de su espontaneidad y desparpajo ante las autoridades civiles y eclesiásticas. Nadie que se acercó a ella quedó indiferente. Conocedora de las flaquezas humanas, fue atrevida y decidida para defender la dignidad de la mujer. No soportaba las descalificaciones “a priori” por el hecho de ser mujer. Animaba a sus Hermanas a ser predicadoras de obras, ya que no les permitía el Apóstol hacerlo de palabra. Lloraba por no poder ir a predicar el evangelio en tierras de “herejes y paganos”.

            El talante y la personalidad de Santa Teresa empodera a la mujer hoy. Sobre todo, desde su celosa libertad, a la hora de defender la dignidad de la mujer y de mostrar su pasión y entereza por la igualdad de opciones ante la vida, como lo haría cualquier varón. Tuvo inventiva y coraje para abrir nuevos cauces de comunicación: “ojalá pudiera escribir con muchas manos”. También previno a sus monjas para no dejarse amedrentar.

¿Qué mensaje quisiera trasladar en su conferencia?

            Deseo transmitir un mensaje de admiración y gratitud hacia lo que Santa Teresa significa en la Iglesia y para la Iglesia en este tiempo de reforma. ¡Son tantos dones humanos y sobrenaturales los que el Espíritu Santo ha derramado sobre ella…! ¡A través de su vida y obra nos ha dejado entrever tantos secretos sobre el Misterio de Dios y sobre lo que es la amistad con Dios en la oración…! Es una súplica para que su luz siga encendida y nos ilumine, para que su corazón nos siga impulsando a mantener vivos sus ideales de reforma y para que su amor por la Iglesia nos quiera hacer fieles hijos de ella. La reforma nos pide dejar que la persona de Jesús y la gloria de la Santa Trinidad estén en centro de la vida de las personas, de las familias, de las comunidades y de la sociedad. La fidelidad de la Santa a los orígenes nos está reclamando reactivar motivaciones para vivir libres y responsables delante de Dios y con los hermanos. Su estilo de vida, su oración y su doctrina siguen incentivando el cultivo de la interioridad frente a la dispersión, la hondura frente a superficialidad y la coherencia frente a disgregación. Hay muchos rasgos de la reforma que actualmente promueve el Papa Francisco que parecen calcados en la reforma teresiana.

¿Qué aporta la santa a la sociedad actual?

                Teresa de Ahumada, mujer, religiosa contemplativa y santa, nos alerta sobre la otra dimensión y nos hace pensar en lo esencial en la vida. Aporta a la sociedad de hoy: transparencia, testimonio de vida evangélica y pasión por la verdad, por la libertad y por la justicia. Ejerce su profecía desde la coherencia. Es un contrapunto a la increencia, al secularismo y a la mentalidad líquida. Su vigor en la fe no es cuestión de tesón en la transmisión de fórmulas, sino de compartir una vida de amistad. Aporta coherencia y equilibrio pues, para la Santa, los espirituales de veras son los que se implican en las obras. Aporta coraje y arrojo ante la novedad y sus dificultades. Aporta ilusión y alegría: Y, desde su experiencia ante las diferencias, nos invita a saber convivir en fraternidad. Sigue recordándonos que, también en estos “tiempos recios”, son necesarios “amigos fuertes de Dios”.